La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró este miércoles a la cocina tradicional de Italia como patrimonio cultural inmaterial, un reconocimiento que destaca una práctica culinaria transmitida por generaciones y que el gobierno italiano busca convertir en un motor para atraer turismo y combatir imitaciones.
La resolución fue aprobada durante la 20ª sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, realizada en el histórico Fuerte Rojo de Nueva Delhi, India, donde se analizaron entre 60 y 70 candidaturas, como el festival Diwali y la cultura de piscinas en Islandia.
Italia presentó oficialmente su propuesta en 2023, argumentando que su gastronomía constituye un ritual social que fortalece la convivencia familiar y comunitaria, y que rebasa íconos globales como la pizza, la pasta o el risotto. El expediente destacó la enorme diversidad culinaria regional, desde el ossobuco lombardo hasta las orecchiette con cime di rapa características de Puglia.
La primera ministra Giorgia Meloni celebró la decisión al considerarla un motivo de orgullo nacional y una herramienta para reforzar la calidad y la protección de los alimentos italianos frente a imitaciones y competencia desleal. Recordó que combatir los productos Italian sounding es una de sus prioridades económicas e identitarias. En un mensaje posterior, Meloni calificó el reconocimiento como un triunfo de la diplomacia cultural, subrayando que la gastronomía es “el embajador más poderoso” del país. Sectores industriales estiman que esta inclusión podría incrementar el turismo en hasta 8% en dos años, añadir 18 millones de pernoctaciones y fortalecer a un sector agroalimentario que equivale a cerca del 15% del PIB.
El nombramiento también podría revitalizar a los restaurantes familiares tradicionales, pilares históricos de la cocina italiana, que enfrentan un mercado dividido entre lo premium y lo económico. Ejemplos previos alimentan el optimismo: la inscripción de la pizza napolitana en 2017 generó un crecimiento del 284% en los cursos de formación profesional, y el agroturismo en Pantelleria aumentó 500% tras el reconocimiento del cultivo de su vid.
Manuela Menegoni, quien dirige Trattoria Bianca y Osteria Fernanda en Roma junto con el chef Davide Del Duca, celebró el anuncio. Expresó su deseo de que impulse el empleo, fomente la innovación y motive incentivos fiscales para toda la cadena alimentaria, un ámbito que, dijo, ha sido desatendido por los responsables de políticas públicas.
Con la nueva inscripción, Italia suma otro elemento a una lista que ya incluía la dieta mediterránea, el arte del pizzaiolo napolitano, la ópera y la elaboración de cuentas de vidrio. Asimismo, se incorpora a un panorama internacional de patrimonios culinarios en el que figuran la gastronomía francesa para celebraciones, las comidas rituales mexicanas, la fermentación del kimchi en Corea y la cocina washoku japonesa.