El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, eludió pronunciarse sobre si el gobierno de Donald Trump pretende sacar del poder a Nicolás Maduro en Venezuela y aseguró que la línea de acción de Washington se centra en salvaguardar “los intereses” estadounidenses.
Durante una conferencia de prensa de fin de año en el Departamento de Estado, Rubio calificó al gobierno venezolano como un “régimen ilegítimo” que, afirmó, colabora de manera abierta con grupos terroristas que representan una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
El titular de la diplomacia estadounidense insistió en que la prioridad de la administración Trump es la protección de los intereses nacionales, y evitó opinar sobre la necesidad de contar con autorización del Congreso para realizar posibles ataques en territorio venezolano. “No ha ocurrido nada que nos obligue a pedir la aprobación del Congreso”, sostuvo.
En tanto, en una entrevista con NBC News publicada este viernes, el presidente Trump señaló que no descarta un conflicto bélico con Venezuela y se negó a confirmar si su objetivo final es la salida de Maduro del poder. “Él sabe perfectamente lo que quiero”, respondió el mandatario, quien reveló haber sostenido una llamada telefónica con el líder chavista en noviembre.
Esta semana, Trump ordenó bloquear el ingreso y salida de Venezuela de todos los petroleros sancionados por Estados Unidos, decisión que se produjo días después de la incautación de un buque cargado con crudo cerca de costas venezolanas. Con estas acciones, Washington incrementó la presión sobre el gobierno de Maduro, al que acusa de encabezar el llamado Cártel de los Soles, acusación que Caracas rechaza.
El endurecimiento de la postura estadounidense ocurre tras meses de bombardeos contra presuntas embarcaciones del narcotráfico en el Caribe y el Pacífico. La posibilidad de una guerra representa un giro relevante en el discurso de Trump, quien durante su campaña se manifestó en contra de la participación de su país en conflictos en el extranjero.
No obstante, el presidente ha recibido críticas de su base política por dar mayor peso a la política exterior que a los problemas internos, como el incremento del costo de la vida. De acuerdo con la legislación estadounidense, cualquier declaración de guerra requiere la aprobación del Congreso, y el Partido Demócrata sostiene que Trump necesita el aval del Legislativo para autorizar ataques contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico.