La reunión entre el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebrada en Florida, se produce en un momento decisivo para el futuro del alto el fuego en Gaza.
El encuentro ocurre en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas, desconfianza entre Israel y Hamás y una fuerte presión de Washington para destrabar la segunda fase del acuerdo de tregua alcanzado en octubre.
Trump busca avanzar antes de enero en la conformación de un gobierno palestino de carácter tecnocrático para Gaza y en el despliegue de una fuerza internacional de estabilización que ayude a sostener la tregua y evite un nuevo estallido del conflicto. Sin embargo, la negociación enfrenta serios obstáculos, principalmente por la exigencia de Israel de que Hamás sea completamente desarmado y Gaza desmilitarizada, una condición que el grupo islamista rechaza mientras continúe la ocupación israelí.
Además del conflicto en Gaza, Netanyahu pretende que Estados Unidos endurezca su postura frente al programa nuclear de Irán, al que considera una amenaza central para la seguridad regional y global.
La visita del líder israelí coincide con una intensa agenda diplomática de Trump, que también ha sostenido encuentros con otros líderes internacionales, reforzando el papel de Estados Unidos como actor clave en múltiples crisis.