La homilía del Papa León XIV puso el foco en la maternidad de la Virgen María como una invitación a “reconocernos como hijos”. Recordó las palabras de Jesús en la cruz y subrayó que la vida cristiana se sostiene en una relación filial: al “aquí tienes a tu madre” corresponde el “aquí tienes a tu hijo”. En esa relación, el Pontífice oró: “Madre, ¿cómo podemos ser los hijos que tu corazón anhela?”, retomando el consejo del Evangelio: “Hagan lo que Él les diga”, presentado como guía para una fe que se demuestra con acciones.
Durante una amplia plegaria por gobiernos y pueblos, el Papa pidió a la Virgen enseñar “a los países que desean ser tus hijos a no dividir al mundo en bandos enfrentados, a evitar que el odio marque su historia y que la mentira moldee su memoria”.
Llamó a entender el poder como un servicio que proteja la dignidad humana y que convierta a cada nación en un espacio de acogida. También imploró por los jóvenes —que encuentren fuerza para elegir el bien y perseverancia en la fe— y por quienes se han distanciado de la Iglesia, para que la mirada de María “llegue a donde nosotros no alcanzamos” y derribe “las barreras que nos separan”. “Dentro de la Iglesia, Madre, no podemos vivir divididos”, señaló.
El Pontífice puso además bajo la protección de la Virgen a las familias, a los maestros, a la vida consagrada y al clero. Solicitó hogares que sean “escuelas de fe” y pidió que quienes siguen más de cerca a Cristo reciban apoyo “en la fidelidad cotidiana” y renovación en su “amor primero”. Al cerrar su mensaje, encomendó su propio ministerio, deseando que las llaves confiadas a Pedro sirvan “para atar y desatar y para aliviar toda miseria humana”, y que la Iglesia, al estilo de María, “guarde el Evangelio en su corazón” como humilde servidora.
La Misa guadalupana se ha convertido en uno de los primeros acercamientos de León XIV a la comunidad latinoamericana residente en Roma desde su elección en mayo de 2025. Tanto el Vaticano como medios católicos resaltaron que el nuevo Papa, el agustino y ex cardenal Robert F. Prevost, ha privilegiado el diálogo y el acompañamiento de las expresiones de fe populares.
La celebración del 12 de diciembre adquiere especial significado en un año marcado por la gran afluencia de peregrinos a la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México. Cientos de miles de fieles acudieron con antorchas, estandartes e imágenes en una de las concentraciones religiosas más grandes del continente. En este contexto, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, extendió oficialmente al Papa una invitación para visitar el país.
El acto litúrgico en la Basílica de San Pedro forma parte de una jornada guadalupana en el Vaticano, transmitida por Vatican Media y medios católicos internacionales. El programa oficial confirmó que León XIV presidiría directamente la celebración a media tarde.