Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el Papa León XIV ofreció este jueves 25 de diciembre de 2025 su saludo navideño con un mensaje en varios idiomas, previo a la tradicional bendición Urbi et Orbi, que concede indulgencia plenaria a los fieles.
A pesar de la lluvia, miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para escuchar al pontífice y recibir la bendición, en la que fue su primera Navidad como Vicario de Cristo.
El mensaje estuvo marcado por constantes exhortaciones a la paz y por el recuerdo de quienes atraviesan situaciones de sufrimiento en distintas regiones del mundo.
Ante los fieles reunidos, León XIV anunció que su saludo sería pronunciado en diversas lenguas. Comenzó en italiano con un “¡Feliz Navidad! Que la paz de Cristo reine en sus corazones y en sus familias”, y continuó en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco, árabe, chino y latín.
Durante esta celebración de la Natividad, el Papa subrayó la necesidad de no olvidar a quienes padecen los estragos de la guerra y reiteró su llamado al entendimiento entre los pueblos.
“Cada persona puede y debe aportar lo que le corresponde para rechazar el odio, la violencia y la confrontación, y optar por el diálogo, la paz y la reconciliación”, expresó.
El pontífice pidió “justicia, paz y estabilidad” para Líbano, Palestina, Israel y Siria. En referencia al conflicto en Ucrania, exhortó a encontrar “el valor de dialogar de manera sincera, directa y respetuosa”, e invitó a rezar por el pueblo ucraniano para que cesen las armas y la violencia.
Al implorar consuelo para las víctimas de todos los conflictos armados, León XIV también invitó a recordar el mensaje de Jesús, quien, dijo, asume la fragilidad humana y se identifica con quienes lo han perdido todo, como los habitantes de Gaza y el pueblo yemení, golpeado por la pobreza y el hambre.
Durante la homilía de la Misa de Navidad, celebrada nuevamente tras décadas, el Papa advirtió sobre la vulnerabilidad de los jóvenes forzados a empuñar armas y criticó “la mentira que envuelve los discursos grandilocuentes de quienes los envían a morir”.
León XIV pidió además oraciones por los migrantes y refugiados que abandonan su tierra en busca de un futuro mejor, ya sea cruzando el Mediterráneo o recorriendo el continente americano. También recordó a quienes han perdido su empleo o buscan trabajo en países ajenos.
Finalmente, encomendó a Dios a los jóvenes sin oportunidades laborales, a los trabajadores explotados y mal remunerados, así como a las personas privadas de la libertad que viven en condiciones indignas, reiterando su llamado a la justicia social y la dignidad humana en esta Navidad.